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lunes, 12 de septiembre de 2016

Entrevista a Amalia Fernández:


“La docencia fue algo muy lindo en mi vida. Si tuviera la posibilidad de volver a nacer, volvería a elegir esta profesión, me dio muchas satisfacciones”.
Con estas palabras, Amalia Fernández comenzaba la Entrevista que realizábamos por el “Día del Maestro”.
Docente Jubilada, y ex Presidenta de la Cruz Roja Filial Gualeguay con importantes reconocimientos y distinciones como “Mujer Destacada” y “Trabajadora Incansable” en sus distintos pasos por Instituciones de Gualeguay. En su casa, muy amablemente, charlamos de estas trayectorias:

-Amalia ¿cómo fueron sus comienzos en la Docencia?
“Me inicié en una escuela de Aldea Asunción, después pasé al 6° Distrito, luego por concurso vine a la “Escuela Chiclana” donde estuve como Docente de 7° grado, hasta que rendí el Examen de Oposición y pasé a la Secretaría. Más tarde rendí los exámenes de Dirección y Vice-Dirección, y pasé a la Dirección de la Escuela “Marcos Sastre” donde me jubilé, faltando unos meses para cumplir 40 años de actividad.
-¿Cómo fue este paso de escuelas rurales a la ciudad?
“Fue muy lindo. En esas épocas, los chicos eran distintos, estaban expectantes a las cosas que les podías llevar, mostrar, contar. No existían los medios de comunicación que hay hoy en día, entonces dependían más de los docentes y la escuela, llenábamos sus vidas, no solamente de contenidos sino que había una relación muy estrecha, de afecto.
Además de docentes también éramos catequistas en la zona, lo que nos permitía relacionarnos con las familias de los chicos. Se preparaban los festejos de las fechas patrias y las de fin de año, había una relación muy linda con la comunidad”.
-¿Cómo fue el cambio de estar frente al aula dando clases y luego en un Cargo Directivo?
“Es distinto, porque ya te relacionas de otra forma con los chicos, igualmente nunca dejé de visitar el aula. Siempre estuve en contacto con los alumnos y con las docentes, ayudando a las que se iniciaban, volcando toda mi experiencia en ellas. En ese momento también tuve la suerte de desempeñarme en la Escuela de Comercio como Profesora de Lengua y Literatura, así que nunca abandoné el aula por completo”.
-Hay diferencias con respecto a la disciplina en los chicos de antes y los de ahora?
“En la escuela primaria la sanción era mandar a Dirección. Los chicos no se portaban mal pero por alguna indisciplina tenías que mandar un alumno a Dirección, se ponían a llorar, estaba esa idea que ir a la Dirección era malo.
En mis 40 años de docencia no tuve alumnos malos o irrespetuosos, eran buenos y cariñosos, hoy en día los encuentro en la calle y me recuerdan con tanto cariño que me hace pensar que algo bueno sembré en ellos.
Pienso que la sociedad es la culpable del cambio que se ve en la actitud de los alumnos. Hay muchos medios de comunicación, está todo muy convulsionado y se ve una agresión constante. Todo está permitido. Se tienen otros valores”.
-Le dio clases a nuestro Intendente en la Escuela Chiclana ¿qué recuerda?
“Nunca voy a olvidar el primer día de clases, ingresar al aula y encontrarme con un grupo de más de 40 chicos. Federico estaba sentado en el primer banco de la fila contra la pared, era pura risa, siempre estaba alegre. Además, era muy respetuoso, bueno y cariñoso, por ahí no tan dedicado al estudio pero te desarmaba con la sonrisa y su modalidad, entonces no te podías enojar, te tenías que hacer la enojada.
Al correr los meses, descubrí que también era pícaro, tuve que empezar a mandar notitas a la casa porque no iba a la escuela para irse al Ombú a cazar pajaritos. La mamá, una santa mujer, me pedía que no le cuente a su marido que Federico faltaba a la escuela porque lo iba a sancionar. Recuerdo que venía su papá con él, paraban con el camión en mi casa y me decía “Señorita Amalia ¿Federico fue a la escuela hoy?” y yo le decía que sí”.

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